Dinámicas para animar grupos (Parte II)

Animar es parte importante del trabajo que muchos realizamos con grupos de personas independientemente del contexto y el número de estas. Como las palabras no son suficientes (y muchas veces son la causa de la fatiga y el aburrimiento), recurrimos a dinámicas capaces de activar, estimular y entusiasmar a los participantes.

Esta entrada es la segunda parte de la serie sobre dinámicas para animar grupos que hemos elaborado con base en la compilación divulgada por la organización no gubernamental (ONG) Alianza Internacional contra el VIH/SIDA.

Párate, siéntate y canta

Los participantes se sientan formando un círculo y cantan una canción que todos conozcan. Escogen dos letras que se repitan frecuentemente en la canción; pida a los hombres que se paren cuando canten una palabra que empiece con una letra y pida a las mujeres que se paren cuando canten una palabra que empiece con la otra letra. Por ejemplo, todos los hombres tienen que ponerse de pie cada vez que el grupo cante una palabra que empiece con la letra ‘m’, mientras que las mujeres tienen que ponerse de pie cada vez que el grupo cante una palabra que empiece con la letra ‘f’.

Esta dinámica activará el cuerpo y la concentración de tu grupo, al tiempo que causará varias sonrisas y contagiará un buen ánimo. Deberás conocer bien a tu grupo para elegir adecuadamente la canción, pero, si no es así, puedes sondear opciones previamente o recurrir a canciones populares.

Imagen de espejo

Los participantes se dividen entre ellos en parejas. Cada pareja decide cuál de ellos va a ser el ‘espejo’. Entonces esta persona imita (refleja) las acciones de su pareja. Después de un tiempo, pida a la pareja que cambie de papeles y así la otra persona puede ser el ‘espejo’.

Con esta dinámica podrás acercar a los participantes entre sí, lo cual viene bien si no han interactuado mucho. A pesar de basarse en el componente físico, ayudará a generar empatía, sintonía y comunicación. Procura formar parejas con personas que no se conozcan y no extender mucho la actividad pues los participantes podrían perder el interés.

Tormenta

Con los ojos cerrados, todos se sientan silenciosamente formando un círculo, esperando el primer movimiento del facilitador. El facilitador frota sus manos para crear el sonido de la lluvia. La persona a su derecha hace este sonido y luego la siguiente y así hasta que todas las personas del grupo estén haciendo el mismo sonido. Una vez que todos se estén frotando las manos, el facilitador hace que el sonido de la lluvia sea más fuerte, castañeteando sus dedos y a su vez este sonido pasa alrededor del círculo. Luego el facilitador aplaude y ese sonido pasa alrededor del círculo para crear una tormenta. Luego el facilitador se da palmadas en las piernas y el grupo lo sigue. Cuando el facilitador y el grupo zapatean en el suelo, la lluvia se convierte en un huracán. Para indicar que la tormenta está pasando, el facilitador invierte el orden, las palmadas en las piernas, los aplausos, los castañetazos y la frotación de las manos, terminando en silencio.

Para esta deberás aprenderte bien la secuencia de sonidos corporales a realizar y dejar claro a los participantes el orden en que estos deben imitar a sus compañeros. La dinámica es útil para generar relajación y consciencia plena del momento, como también cierta experiencia de conexión grupal. Si acompañas la actividad con explicaciones cortas, sencillas y con voz suave, aumentarás el efecto relajante.

Gráfico de cumpleaños

Pida a las personas que formen una fila de acuerdo al orden de los meses o estaciones de sus cumpleaños. Haga un debate sobre el mes o estación que tenga el mayor número de cumpleaños y sobre qué razones podrían explicar esto.

Una dinámica que facilita el conocimiento mutuo. Algunas variantes recomendadas para ella son prohibir el uso de palabras y solicitar las explicaciones más creativas o descabelladas que se les ocurran. Ten siempre muy en cuenta el contexto y las características de las personas que forman el grupo.

Actuar una mentira

Todos se ponen de pie y forman un círculo. El facilitador empieza actuando una acción. Cuando la persona a su derecha dice su nombre y le pregunta “¿Qué estás haciendo?” esa persona responde que está haciendo algo completamente diferente; por ejemplo, el facilitador simula que está nadando y dice “Me estoy lavando el pelo”. Entonces la persona a la derecha del facilitador tiene que simular lo que el facilitador dijo que estaba haciendo (lavándose el pelo), mientras dice que está haciendo algo completamente diferente. Continúe alrededor del círculo hasta que todos hayan tenido un turno.

Perfecta para romper el hielo, esta dinámica requiere concentración y creatividad. Causará varias risas y crearás un ambiente de mayor confianza, sin mencionar que podrás tomar elementos si tu actividad principal guarda relación con la comunicación.

Como podrás ver, una dinámica es más que sólo un ejercicio a realizar; es también una actividad que te permite trabajar diferentes aspectos individuales y grupales mientras, simultáneamente, puede ser un puente o la excusa perfecta para dar continuidad a tu taller o reunión.